La historia de los seguros es tan antigua como el comercio mismo. Pero, ¿conoces cuáles fueron sus inicios?
Desde los mercaderes babilónicos, quienes implementaron sistemas de préstamos asegurados contra pérdidas, hasta el Código de Hammurabi, que estableció principios básicos de responsabilidad y compensación, el deseo de protegerse contra lo imprevisto siempre ha sido una constante.
A medida que la sociedad avanzaba, también lo hacía la necesidad de protegerse. En la Edad Media, los gremios y asociaciones comerciales en Europa comenzaron a formar sistemas de seguros más organizados. Un hito importante fue el primer contrato de seguro marítimo documentado en 1347 en Génova, Italia. Estos seguros protegían a los mercaderes contra los peligros del mar, vital en una era donde el comercio marítimo era esencial para la economía.
Avanzando en el tiempo, llegamos a uno de los eventos más significativos en la historia de los seguros: el Gran Incendio de Londres en 1666. Este desastre demostró la necesidad de un sistema de seguros contra incendios, lo que llevó a la creación de las primeras compañías de seguros modernas, como la famosa «Lloyd’s of London». Este evento marcó un punto de inflexión, mostrando la importancia de estar asegurado contra grandes catástrofes.
Con la llegada del siglo XIX y la revolución industrial, el panorama de los seguros cambió drásticamente. La expansión del transporte y el incremento de los viajes trajeron consigo nuevas necesidades. Fue en este contexto que el seguro de viaje, tal como lo conocemos hoy, comenzó a tomar forma con la organización de viajes en grupo y la protección ante imprevistos. A medida que los viajes se hicieron más comunes, surgió la necesidad de ofrecer protección específica para viajeros.
En la actualidad, los seguros de viaje son una parte esencial de la planificación de cualquier viaje. Ofrecen cobertura contra cancelaciones, emergencias médicas, pérdida de equipaje, y mucho más. Las costumbres sociales han ido cambiando y cada vez viajamos más y por motivos diferentes. Por eso, en Coyfer, apostamos por soluciones personalizadas y accesibles para todos nuestros clientes.
¡Feliz viaje y buen verano!